POR FULVIO POMPEO

En momentos de crisis, como el que estamos atravesando desde la aparición del brote global de COVID-19, es cuando más importan los liderazgos. Por eso la carta al G20 firmada por un importante número de ex mandatarios pidiendo una respuesta inmediata a la pandemia es un acontecimiento político internacional significativo. Porque el camino para salir adelante no se construye con un solo liderazgo, se construye con múltiples liderazgos. Y porque la solución es entre todos y para todos, o no será para ninguno.

El mensaje a los Líderes del G20 enviado por los ex Jefes de Estado y de Gobierno de más de 70 países -entre los cuales están Mauricio Macri de Argentina, Fernando Henrique Cardoso de Brasil, Gordon Brown del Reino Unido y Felipe González de España- es relevante por lo menos en dos sentidos. Primero, porque señala que la dimensión del desafío es tan urgente y tan masivo que ningún país por sí solo está en condiciones de ofrecer una respuesta integral -es decir que apela al sentido de urgencia de la cooperación y la acción colectiva-. Segundo, porque va más allá del diagnóstico y ofrece ideas con cursos de acción concreta, identificando medidas sanitarias y económicas urgentes -con énfasis en las regiones en vías de desarrollo de América Latina, Asia y África-, así como también la dotación y asignación de recursos necesarios para poder implementar esas decisiones.

La iniciativa de los ex Presidentes es un aporte que señala un camino posible y ofrece una visión global para enfrentar una amenaza inédita. Pretende sumar un conjunto de voces a la construcción de un consenso internacional imprescindible. Y puede leerse a la vez como un llamado para que se multipliquen las instancias de diálogo, propuestas e ideas con espíritu colaborativo que involucre también los innumerables aportes que pueden provenir de liderazgos de los gobiernos locales -cuyo rol crítico en la contención de la crisis de salud los ha convertido en protagonistas principales-, de los principales organismos de integración y cooperación regionales -como el Mercosur y la OEA-, así como del sector privado, la academia y la sociedad civil.

Este artículo fue publicado originalmente en Infobae el 8 de abril de 2020