INFLUENCIAS DE LAS TENDENCIAS ESTRATÉGICAS GLOBALES EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

INFLUENCIAS DE LAS TENDENCIAS ESTRATÉGICAS GLOBALES EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

INFLUENCIAS DE LAS TENDENCIAS ESTRATÉGICAS GLOBALES EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

El objetivo del presente trabajo es identificar la probable influencia de las tendencias estratégicas globales en la República Argentina, durante los próximos diez años.

Para ello, se tomará como referencia de análisis el documento “Global Trends 2040” publicado por el National Intelligence Council de los Estados Unidos de Norteamérica (CNI 2021). Si bien este documento representa la opinión de un organismo estatal gubernamental, por la profundidad de la investigación realizada y la amplitud de las opiniones consultadas, se lo considera válido para un análisis de la evolución global, particularmente en cuanto a sus implicancias en nuestro país.

Con respecto al sujeto receptor del análisis, nuestro país, el impacto de las tendencias y su influencia en su evolución requiere un esfuerzo de análisis creativo ya que, además de reconocer las serias dificultades actuales de la República Argentina (pobreza, deuda estatal, inflación, desocupación, etc.) que se resumen en una crisis socio-económica incierta y de larga duración, es preciso imaginar un escenario de mayor estabilidad y calidad institucional en el cual enfrentar las tendencias globales, tanto para disminuir las vulnerabilidades como para aprovechar las oportunidades.

El análisis se efectuará destacando aspectos de las Ideas Impulsoras o Fuerzas transformadoras (Demografía y Desarrollo Humano, Medioambiente, Economía y Tecnología) y su influencia sobre las Tendencias planteadas en el documento de referencia (Desafíos Mundiales, Fragmentación, Desequilibrio, Disputa y Adaptación), con énfasis en nuestra dinámica social y nacional.

Asimismo, si bien generar propuestas no es objeto del trabajo en este momento, y considerando que algunos aspectos decisorios como las disputas por la preeminencia internacional escapan a nuestras posibilidades, no se puede evitar la tendencia a poner énfasis en aquellos aspectos en los que las decisiones políticas nacionales puedan influir en la situación futura deseada.

DEMOGRAFIA Y DESARROLLO HUMANO

“La ralentización del crecimiento de la población mundial y el aumento de la edad media ayudarán a algunas economías en desarrollo, pero el rápido envejecimiento y la contracción de la población pesarán sobre muchas economías desarrolladas. Será difícil mejorar, o incluso mantener, los progresos realizados durante décadas en materia de educación, sanidad y reducción de la pobreza. Es probable que aumente la presión migratoria.”

El aumento de la edad media de la población, principalmente por el avance en las medidas sanitarias, contribuirá al desarrollo de nuestro país e impactará especialmente en los países vecinos con índices de natalidad más elevados que el nuestro. Esto es así dado que la mano de obra es uno de los elementos necesarios para la actividad productiva.

El nivel cultural, educativo y sanitario de nuestro país continuará constituyendo un punto de destino para las migraciones regionales. El nivel educativo y las capacidades laborales de los migrantes dependerán de la situación coyuntural de cada país de origen, ya sea el caso de algunos con elevado nivel educativo como el caso de Venezuela (últimamente) y Colombia (años anteriores), o de otros como Bolivia y Paraguay, tradicionalmente más capacitados para tareas más requirentes del trabajo manual.

La situación de nuestro país, de clara crisis educativa en la educación inferior y media, de no revertirse en los próximos años, puede generar que estas migraciones ocupen las vacantes laborales de nivel más bajo, manteniendo e incrementando la desocupación de los nacionales y la necesidad de su sostenimiento mediante subsidios. Esta situación hace prever escenarios de disputas sociales difíciles de resolver por el Estado. Situación que ya existe, pero corre el riesgo de agravarse.

En el otro extremo de la escala educativa, nuestro país presenta una situación claramente favorable. La excelencia de nuestro sistema universitario público y privado se ve representada por la gran cantidad de profesionales con conocimientos, iniciativa e inventiva que se destacan en muchos ámbitos nacionales e internacionales.

La cantidad de “unicornios” (empresas tecnológicas que superan el valor de 1.000.000 de U$S) surgidas en nuestro país, en relación con las surgidas en otras naciones de la región, son un claro ejemplo de la relevancia del ecosistema emprendedor local, basado en el sistema educativo de nuestro país.

Sin embargo, las condiciones políticas y económicas, sumadas a la lógica necesidad de expandirse, genera que muchas de esas empresas y sus “cerebros” emigren a otros países.

Por otra parte, la crisis socio-económica incentiva la emigración de un importante capital humano, mayormente jóvenes con títulos universitarios o terciarios que buscan en otros países el desarrollo que aquí encuentran limitado.

Con esta pérdida de capacidades humanas, cuya cantidad tiende a incrementarse, nuestro sistema educativo, actualmente formador de talentos, difícilmente pueda mantener ese nivel de excelencia en las próximas décadas.

La probable nueva distribución demográfica de nuestro país, en términos sociales y educativos, requerirá del Estado la definición de políticas claras en términos de incentivos a la producción, la generación de trabajo y la educación necesaria para obtener las capacidades requeridas por la oferta laboral.

Asimismo, el futuro de las oportunidades laborales, más orientadas a las capacidades tecnológicas e intelectuales que a las requirentes del esfuerzo físico, generarán disputas sociales, por la lógica aspiración individual de progreso económico y social.

Otra consecuencia probable de las migraciones a recibir (por los argumentos ya expuestos como capacidades educativas y sanitarias, etc.) es proyectar una sociedad más fragmentada, no sólo por la lógica tendencia a mantener las costumbres e identidad de los migrantes, sino por la competencia generada entre grupos sociales que buscan posicionarse en el mercado laboral y aquellos que se consideran desplazados por los extranjeros.

Esta fragmentación puede no sólo verse representada dentro de la sociedad, sino también con los Estados vecinos, por las diferentes condiciones de receptividad (requisitos de residencia, atención sanitaria, etc.) a los migrantes, ya sean estos permanentes o temporales. Esto ya sucede en nuestros días y corre riesgo de agravarse.

Finalmente, volviendo a las tendencias marcadas en el documento de origen (“Desequilibrio” – CNI 2021), las disputas sociales generadas por las migraciones pueden agravarse por la falta de respuesta por parte del estado a las demandas sociales, deteriorando la gobernanza.

MEDIOAMBIENTE

“El cambio climático agravará cada vez más los riesgos para la seguridad humana y nacional y obligará a los Estados a tomar decisiones difíciles y a hacer concesiones. Las cargas se distribuirán de forma desigual, lo que aumentará la competencia, contribuirá a la inestabilidad, pondrá a prueba la preparación militar y fomentará los movimientos políticos.”

La problemática del medioambiente y su consecuencia más notoria, el cambio climático, tal vez sea el área en la cual nuestro país, a pesar de no contar con una capacidad decisiva para influir en el plano internacional, posea ventajas comparativas con base en la disponibilidad de recursos naturales.

Detener el deterioro del medio ambiente es claramente un desafío global, pero para encontrar la manera adecuada de lograrlo es necesario recordar que el cambio climático es resultado directo de la velocidad de crecimiento de los sistemas productivos y su consecuencia deseada, el desarrollo humano.

Para ello, los recursos naturales son necesarios y la energía para explotarlos y transformarlos es indispensable. Asimismo, el deseo de alcanzar los estándares más altos de desarrollo es inherente a cada grupo humano y por ende, es genuino el derecho a disponer de los recursos para ello.

El deterioro del medioambiente, que hoy se percibe como amenaza, es causado especialmente por el empleo de los combustibles fósiles y sus derivados, fuente de energía fundamental del desarrollo productivo de los últimos 150 años. Por ello, es de esperar que, a futuro, la presión internacional por la disminución de los gases efecto invernadero limite o condicione la instalación o crecimiento de industrias contaminantes.

Fruto de ello es la orientación hacia el uso preeminente de la electricidad a partir de fuentes renovables, algo que ya se está observando activamente en todo tipo de transporte e incluso en el uso doméstico, donde en muchas regiones se está sustituyendo el empleo del gas. Ejemplo de ello es la reacción social en algunas regiones de España, donde el cumplimiento de las normas europeas hizo cesar el empleo de las centrales térmicas, con la consecuencia resultante del aumento de las tarifas eléctricas.

Vemos con este ejemplo como la búsqueda de un medioambiente más limpio y saludable, algo unánimemente reconocido y aceptado, no encuentra la misma recepción cuando el cambio genera la disminución de los recursos económicos del individuo. Un motivo más de disputas en la sociedad donde se generará desequilibrios, si el estado no planifica adecuadamente la transición de un sistema a otro.

Las fuentes de producción de energía renovable, especialmente la solar y la eólica, irán ganando preeminencia, en la medida en que continúen bajando los costos de producción. En ambos tipos de energía nuestro país tiene amplias posibilidades de desarrollo y, en consecuencia, alcanzar el equilibrio ambiental tan pretendido.

El otro aspecto inherente a la producción de energía es el almacenamiento de la misma, cuando esta no se consume instantáneamente, siendo solución, hasta el momento, la pila de litio (ya empleada para los motores de vehículos y artefactos eléctricos) y la pila de hidrógeno (obtenido primariamente de la hidrólisis, todavía a un costo elevado de electricidad). Nuestro país cuenta con uno de los yacimientos más importantes de litio (comparte con Bolivia y Chile) lo cual lo posiciona favorablemente.

Esta transición de la energía basada en combustibles fósiles a energía basada en fuentes renovables y no contaminantes, requiere de importantes inversiones, lo cual generará una disputa entre las naciones.

Asimismo, este modelo de producción de energía renovable admite la posibilidad de descentralizar la misma llegando al punto de que un actor individual pudiera producir la que consume y vender el excedente. Esta situación, que se observa favorable para la sociedad, puede generar, como toda innovación, cierta fragmentación entre los grupos sociales favorecidos con respecto a aquellos que requieran del sostenimiento del estado.

ECONOMÍA

“Varias tendencias económicas mundiales, como el aumento de la deuda nacional, un entorno comercial más complejo y fragmentado, la difusión mundial del comercio de servicios, las nuevas perturbaciones del empleo y el continuo aumento de las empresas poderosas, están configurando las condiciones dentro de los Estados y entre ellos. Se intensificarán los llamamientos a una mayor planificación y regulación, sobre todo de las grandes empresas de plataforma y comercio electrónico.”

En cuanto a la fuerza transformadora de la economía y las tendencias que pueden influir en nuestro país, sin duda alguna el tema de la deuda está en primer lugar. El incremento de la deuda nacional, para muchos países representa un problema ineludible, que ha crecido especialmente como producto de la atención de necesidades generadas por la pandemia de COVID-19 (atención sanitaria, vacunas y disminución de la productividad).

Para nuestro país, la problemática de la deuda es una constante que ha influido por décadas sin una resolución adecuada, a tal punto que la emergencia de la pandemia requirió, para enfrentar los gastos extraordinarios (atención sanitaria, subsidios, etc.) de la emisión de moneda nacional, con su posterior consecuencia inflacionaria.

Sin embargo, la emisión de moneda, siempre desaconsejada por los economistas clásicos, ha sido una herramienta empleada por muchos países para paliar los costos de la pandemia. Incluso el Fondo Monetario Internacional realizó una emisión extraordinaria de Derechos Especiales de Giro por un monto de U$S 650.000 M, que repartió entre los países miembros como una contribución para paliar la crisis.

Esta circunstancia especial, tal es el incremento de la deuda de la mayoría de los países, genera un fenómeno global cuyas consecuencias aún no resultan visibles. Como mínimo implica un cierto grado de desequilibrio que, una vez superada la pandemia, probablemente determine acuerdos y normativas para resolver esta problemática.

En este contexto global, donde la deuda de las naciones representa un serio problema a resolver, la situación de la deuda de nuestro país, precedente a la pandemia, de alguna manera se suaviza y licúa. No deja de ser un problema, pero pasa a tener un menor peso relativo en la estructura financiera internacional.

Las disputas comerciales entre China y los EEUU, a la par de crear incertidumbre e inestabilidad en el comercio internacional, pueden generar oportunidades de asociaciones de conveniencia. Como efecto de esta disputa, también es previsible considerar la aplicación de prácticas proteccionistas que afecten el comercio internacional.

El comercio globalizado, amplificado a través de los mercados electrónicos, seguramente tendrá a estas empresas como actores fundamentales del desarrollo económico global. En tal sentido, todas las naciones verán la necesidad de incrementar las regulaciones para asegurar la recaudación que cada legislación determine.

Nuestro país, teniendo en cuenta la experiencia demostrada por sus “unicornios”, tanto en el comercio electrónico como en la producción de bienes digitales y servicios, podrá beneficiarse de esta situación. Sin embargo, por su posicionamiento geográfico, para extender su comercio a otros bienes, deberá generar las condiciones para disminuir los costos logísticos de transporte, especialmente aéreo y marítimo, según cual fuera el valor agregado del producto.

Los cambios demográficos internos también tendrán un impacto importante en la economía en dos aspectos fundamentales, las habilidades laborales requeridas y el sistema previsional.

El impacto de la automatización de procesos y la Inteligencia artificial en la producción de bienes, seguramente generarán una disminución de la mano de obra requerida, que probablemente no pueda ser absorbida por los productores de servicios. Esta situación, además de generar disputas, fragmentación y desequilibrios para atender las demandas sociales insatisfechas, requerirá de los estados una ajustada planificación, para nada exenta de los riesgos e incertidumbre que generan los veloces cambios de la innovación tecnológica.

Toda falla o carencia de políticas que no resuelva el problema de la desocupación generará tensiones y desequilibrios que afectarán no sólo la economía del Estado sino incluso la gobernanza.

El segundo problema demográfico es el progresivo envejecimiento de la población que permite prever serio riesgo de colapso de los sistemas previsionales. Este es un escenario al que los Estados deberán adaptarse y generar las medidas no sólo paliativas, sino que aseguren un desarrollo continuo.

La solución más sencilla sería incrementar el gasto previsional y la edad laboral, lo que amén del desequilibrio a las arcas públicas podría generar disputas sociales y fragmentación.

El escenario de adaptación para asegurar la continuidad del sistema, podría estar indicado por la generación de nuevas habilidades laborales, tanto para jóvenes que incrementen la masa que aporta con capacidades adaptadas a las nuevas tecnologías, como a personas que extiendan su actividad laboral para continuar brindando servicios acordes a su edad.

De todo ello resulta previsible afirmar que el Estado deberá estar muy atento a estos cambios y anticiparse con políticas adecuadas, en las que la educación para el trabajo ocupará un rol esencial.

TECNOLOGÍA

“El ritmo y el alcance de los desarrollos tecnológicos aumentarán, transformando las experiencias y las capacidades humanas y creando al mismo tiempo nuevas tensiones y perturbaciones para todos los actores. Aumentará la competencia mundial por los elementos básicos de la supremacía tecnológica. Las tecnologías y aplicaciones derivadas permitirán una rápida adopción.”

La ciencia y la tecnología son seguramente los campos de la actividad humana de mayor y más rápido crecimiento en el último siglo, y todo indica que así lo seguirá siendo. La Inteligencia Artificial, Internet de las cosas (IoT) más el incremento de la velocidad de conectividad se vislumbran como los motores del desarrollo.

El desarrollo de nuevas tecnologías requiere de claras decisiones políticas e importantes inversiones económicas que no todos los países podrán afrontar de la misma manera, lo cual generará un desarrollo desigual en función de las capacidades de cada país. Esta asimetría ya se observa en nuestros días y la tendencia previsible es que se incremente.

La difusión del conocimiento y la convergencia de distintas ramas de la ciencia acelerarán los desarrollos tecnológicos, con gran impacto en todos los órdenes de la vida, tanto desde la productividad de las empresas como en las condiciones de la vida humana, lo cual presenta un escenario sumamente optimista

Sin embargo, la competencia mundial por la supremacía tecnológica, en aspectos como el talento humano, el conocimiento y el acceso a los mercados, podría dar lugar a nuevos líderes o hegemonías tecnológicas, a quienes pudiera interesarle más el beneficio económico que el desarrollo global. La situación actual de nuestro país, con una constante “fuga de talentos” es un indicador que puede agravarse.

Las tecnologías y aplicaciones derivadas estarán disponibles para su rápida adopción, lo que permitirá a los países en desarrollo aprovechar los últimos avances básicos, aún sin haber invertido en su desarrollo. Países como el nuestro, con baja capacidad de inversión en ciencia y tecnología, aún en esta situación de preeminencia de las grandes potencias económicas, tendrán la posibilidad de desarrollar aplicaciones globales en áreas nicho y contribuir a las cadenas de suministro globales.

La acelerada evolución de los cambios tecnológicos puede provocar que los países receptores, no productores, se mantengan atrasados permanentemente con respecto a los de primera línea. En este aspecto, será fundamental desarrollar la capacidad de observar y anticiparse a los cambios, para detectar oportunidades y aprovechar determinados nichos tecnológicos.

Adaptarse a los cambios es indispensable, pero anticiparse a ellos, aun corriendo el riesgo de un beneficio incierto, es una decisión de aquellas naciones que aspiren a competir en mejores condiciones. Para ello será importante participar activamente de la cooperación internacional e integrar clústeres para compartir el conocimiento.

Los desarrollos tecnológicos, principalmente aquellos basados en la IA, la automatización y el manejo y explotación de datos dejarán como consecuencia una disminución de los puestos de trabajo. Las disputas sociales nacionales e incluso entre Estados, dadas por las diferentes condiciones de la demanda laboral, incrementarán el desequilibrio intra y entre Estados (por migraciones), requiriendo de las mismas claras políticas, en las que la educación laboral se constituirá en una de las principales herramientas de adaptación.

El cambio de las cadenas de suministro podría afectar de forma desproporcionada a las economías menos avanzadas, mientras que muchos de los nuevos puestos de trabajo requerirán trabajadores con habilidades mejoradas o reajustadas.

Adelantos en áreas como la biotecnología, claramente beneficios para la salud humana extendiendo la expectativa y calidad de vida, pueden generar serios conflictos éticos. Demostración de ello son los debates vigentes acerca de reproducción, clonación, manipulación genética, experimentación de medicamentos y vacunas, etc. El avance del conocimiento en estas áreas puede incrementar las disputas sociales actuales y fomentar la fragmentación basada más en creencias políticas o religiosas que en opiniones científicas.

El manejo de datos o Big Data, que facilitarán las decisiones en diversos ámbitos tendrán una influencia positiva en los procesos productivos. Sin embargo, en tanto que la privacidad de las personas y la manipulación de sus decisiones pudieran verse afectadas, esta tecnología puede ser seriamente cuestionada y rechazada, requiriendo una acción efectiva por parte del Estado para garantizar la seguridad humana. Consecuencia de ello será el incremento de la fragmentación que ya se observa.

Los riesgos existenciales son otro aspecto de muy difícil predicción. Los avances tecnológicos requieren de mucha experimentación y la carrera por llegar primero, con su consiguiente beneficio económico, pueden generar amenazas que podrían dañar la vida a escala global. La IA sin una adecuada supervisión humana, las pandemias resultantes de experimentos en proyectos de investigación o los accidentes nucleares, pueden provocar daños de alcance global que afecten a la humanidad.

Nuestro país, aun cuando pudiera no ser causante de estos fenómenos, no escapará de sus efectos, tal como lo demuestra la actual pandemia de COVID. En tal sentido se deberán desarrollar estrategias de resiliencia, compuestas básicamente por las capacidades de identificación de los riesgos potenciales y el desarrollo de estrategias de mitigación.

Por último, pero no menos importante, el desarrollo tecnológico tendrá una influencia decisiva en los conflictos armados, tanto desde las diferentes maneras de actuar sobre la voluntad del oponente, ya sea en forma directa o indirecta, física o a través del ciberespacio, como por la utilización de armas basadas en IA, cuya oportunidad y condiciones de empleo pudieran ser autónomas y escapar a la voluntad del decisor humano. Estos aspectos serán ocasión de profundos debates por parte de los analistas militares, tanto en aspectos operativos como en cuanto a las consideraciones éticas.

BIBLIOGRAFÍA

● US National Intelligence Council (marzo de 2021). Global Trends 2040: a more contested world. Office of the Director of National Intelligence. ISBN 978-1-929667-33-8. Recuperado de: https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/assessments/GlobalTrends_2040.pdf