¿DESPUÉS DE MERKEL QUÉ? NUEVO LIDERAZGO EN LA CDI Y UNA MIRADA DESDE ARGENTINA
El partido de la Canciller eligió a Armin Laschet como su nuevo líder
Por Tomás Kroyer
Hace pocos días se produjo un hecho importante en la política alemana. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, el partido de la Canciller Angela Merkel, eligió a Armin Laschet como su nuevo líder. Como tal, Laschet queda en muy buena posición para ser elegido como candidato de la alianza CDU-CSU para las elecciones de septiembre que decidirán el sucesor de Merkel, aunque la decisión final sobre el candidato la tomarán entre ambos partidos, siendo también el líder de la bávara CSU un serio aspirante. Así, tal vez, la reciente decisión de los delegados de la CDU tenga un impacto más allá de las fronteras alemanas, influyendo fuertemente en la política europea e incluso sobre temas de relevancia para nuestro país.
Gobernador desde 2017 de Renania del Norte-Westfalia, estado más poblado del país y tradicionalmente gobernado por la centro izquierda, Laschet representa la continuidad, con ciertos matices, del enfoque centrista, inclusivo y decididamente pragmático de Merkel. Con Laschet, la CDU apuesta por la continuidad, rechazando el cambio hacia posturas más conservadoras que proponía Friedrich Merz.
Gobernador de un estado populoso y fuertemente industrializado, Laschet ha ido construyendo un liderazgo plástico, alejado de dogmatismos, que ha evolucionado a la par de la sociedad alemana. Proclive a buscar compromisos, equilibrar intereses diversos y encontrar soluciones pragmáticas, Laschet ha impuesto su visión de que lo más importante para que la CDU conserve su liderazgo es mantenerse en el centro, acompañando los avances sociales pero evitando la polarización. Católico practicante, su visión cristiana del ser humano lo llevó a ser uno de los principales defensores de la política de acogida e integración de inmigrantes impulsada por Merkel durante la crisis de refugiados en Siria, hecho que marcó profundas divisiones al interior del partido. Laschet aboga también por una CDU moderna, cuyas propuestas sean atractivas para las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes. En definitiva, el nuevo líder hace gala de un sincretismo político que se lleva bien con la necesidad de formar alianzas y gobernar en coalición del sistema parlamentario alemán, pudiendo acercarse tanto a los verdes (Die Grünen) como a los liberales (FDP).
En política exterior Laschet es un europeísta convencido -fue Eurodiputado entre 1999 y 2005-, favorable a un rol internacional más activo de Alemania, y se ha mostrado conciliador en relación a China y a Rusia, postura pragmática explicada por los intereses industriales y energéticos de Alemania en esos países.
Haríamos bien desde Argentina en seguir con atención los pasos de Armin Laschet, quien en pocos meses puede convertirse en el líder de uno de nuestros principales inversores y socios comerciales, del miembro de mayor peso en la Unión Europea, y del tercer accionista del FMI. Como tal -impulsando el comercio y las inversiones bilaterales, la aprobación y puesta en marcha del Acuerdo Mercosur con la Unión Europea, y el apoyo financiero internacional- Laschet puede convertirse en un importante aliado que ayude a impulsar el tan necesario crecimiento económico en nuestro país. Vale aquí recordar la buena sintonía de Laschet al recibir en diciembre de 2019 al embajador argentino en Alemania, ocasión en que reconoció la importancia de Argentina para las relaciones entre Alemania y América Latina, y se expresó en favor del Acuerdo Mercosur-Unión Europea.